El feminismo y la religión: una relación de amor y odio

"Es mejor tener espiritualidad sin religiosidad que religiosidad sin espíritu" - Andres Londoño -

Antes de empezar debemos saber diferenciar que una cosa es creer en Dios y otra es estar de acuerdo con lo que nos dice la iglesia.
Ahora bien, la teóloga feminista católica, Elisabeth Schüssler Fiorenza, afirma que los textos bíblicos no son en sí misóginos (aversión a las mujeres) al contrario han sido patriarcalizados, por intérpretes que han proyectado sus prejuicios culturales. En lo que a palabras feministas se traduce como un patriarcado machista en el que la mujer debe ser sumisa ante el hombre.
Pero, si nos detenemos a pensar ¿estos textos son de Dios o del hombre? Creo que sabremos la respuesta al instante, al recordar que aquellos textos bíblicos no son informes de sucesos sino construcciones retóricas, elaboradas según su interés político y religioso. En los que desafortunadamente, en algunos se presenta a Dios como un "opresor", siendo este el problema, al querer acomodar las cosas según nos convenga. Creando discordia y odio, llegando al punto de irrespetar y ofenderse entre sí, cayendo en una ignorancia absoluta, como fue el caso de una mujer que gritó en medio de un pesebre en el vaticano “Dios es mujer”. Actos como estos a mi modo de ver no llegan a ningún lado, únicamente crean controversia y que como lo dijo el Papa Francisco "Todo feminismo termina siendo un machismo con faldas" cuando se lleva a los extremos. Porque una cosa es clara, independientemente del ser superior en el que se crea o la ideología que se tenga, siempre nos amará sobre todas las cosas. El punto aquí es, aprovechar las contradicciones de aquellos textos silenciados para reconstruir un nuevo mundo religioso y socio histórico, en los que prime la igualdad y no la opresión.

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