Amigo, date cuenta

Nota mental: el hecho de ser hombre no es malo, los comportamientos que impone la sociedad bajo lo que para ellos significa ser hombre si.

La mayoría de los hombres nacen en un contexto en el  que deben ser MACHOS. Todo esto viene de un constructo social del sistema patriarcal, que define al  hombre desde una única forma de  ser, con base en los roles de género, es decir, el hombre siempre debe estar por encima de la mujer. Según esta definición de masculinidad tradicional ellos deben ser: 

Fuertes

Poderosos

Dominantes

Violentos

Controladores

No mostrar vulnerabilidad


Dicha masculinidad reniega en lo absoluto de lo femenino, en pocas palabras,un hombre gay no puede ser un hombre de verdad. Entonces ¿cómo saber si tienes una masculinidad toxica? 

1. ¿Molestas a otros hombres por ser poco masculinos? 
2. ¿Crees que un hombre gay no es un hombre de verdad? 
3.Cosificas (convertir en cosa a alguien) a las mujeres o usas expresiones como José Manuel Castelao, líder del partido popular de España, quien dijo: las mujeres son como las leyes, están para violarlas.
4.¿Piensas que las mujeres son las únicas encargadas de la crianza de sus hijos o porque un hombre lo hace es menos masculino?
5. ¿Consideras que los hombres no deben pedir ayuda?
6. ¿Crees que un hombre debe ser violento para darse a respetar? 

Un ejemplo más cercano de masculinidad toxica, es el protagonista de la serie Breaking Bad, Walter White, una persona que justifica sus acciones para alimentar su frágil ego, aquel que nutria con ideas de hipermasculinidad para ganarse el respeto que creía merecer por ser quien era, pero de forma tóxica.

 

Llegando a este punto, debemos ser conscientes que la masculinidad tóxica aun es un paradigma hegemónico, en el que tanto hombres como mujeres han sido víctimas y responsables. 

Según el teórico Michael Kaufman,"la forma en la que educamos a los niños para convertirse en hombres viene con una serie de expectativas que ninguno de nosotros podemos cumplir. Se espera que seamos fuertes, que estemos en control, que ganemos dinero para ser los proveedores y que no tengamos sentimientos. Pues castigamos a niños y hombres por no estar a la altura de estos estándares y estereotipos de hombría y al mismo tiempo asumimos que eso es lo que un hombre debe ser".

Ahora, como lo mencioné previamente la culpa no es solo de los hombres, nosotras como mujeres también tenemos velas en ese entierro, al ayudar de cierta manera a perpetuar aquel modelo tóxico, tal y como lo afirma, Teresa Váldes, socióloga y feminista. "Hemos sido socializadas igual que los hombres en las conductas machistas. A nuestras madres, abuelas y bisabuelas les dijeron que la mejor manera de hacer las cosas era reproducir estas conductas. Es muy natural y esperable que algunos mantengan esas actitudes porque se les presentaron como el orden deseado". Esto quiere decir que mientras no se hagan los daños y efectos negativos que estos comportamientos tienen, estos patrones se seguirán siendo repetidos por las mujeres inconscientemente. 

Ya en este punto de la conversación, debemos tener en cuenta que los cambios deben venir desde nosotros mismos, en el que debemos replantear nuestro verdadero rol en la sociedad, que día a día se mueve hacia la equidad y la reivindicación de la mujer. En el que ambas partes sedan y se apoyen mutuamente, que si lo pensamos bien, derribar la masculinidad tóxica es uno de los primeros pasos para tener una sociedad más igualitaria y menos violenta.

Dato curioso: A nivel mundial la masculinidad toxica es la causa más alta de feminicidios y violencia contra la mujer. Sin dejar de lado la salud emocional de los hombres, que al ser presionados con esta idea tan inflexible llegan a caer en la depresión y/o frustración. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en promedio cada año se registran 800.000 suicidios, por cada mujer que se quita la vida, cinco hombres lo hacen. 

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