¿Por qué el aborto debe ser legal?

Según cifras de la Fiscalía, solo el 9% de los abortos son practicados dentro del sistema sanitario, esto quiere decir que, la mayoría de las mujeres recurren a sitios clandestinos, en los que ponen en riesgo su vida. Mientras que el 97% de las mujeres denunciadas por aborto, son de zonas rurales y solo el 3% son de zonas urbanas, en la mayoría de los casos son víctimas de violación intrafamiliar o violencia sexual.


En Colombia la Corte Constitucional en 2006, aprobó la interrupción voluntaria del embarazo en tres circunstancias:
1. Cuando la vida o la salud de la mujer esté en riesgo.
2. Cuando el embarazo sea consecuencia de violación.
3. Cuando exista una malformación del feto, incompatible con la vida.

Dicha norma, obliga a la mujer a concebir una familia, en pocas palabras una maternidad obligada, violando el derecho al libre desarrollo de la personalidad, igualdad y decidir de forma libre, autónoma e informada, sobre su cuerpo y sexualidad. Pues 3 de cada 4 abortos practicados en América Latina no son en condiciones de seguridad, afirma la OMS.

Ahora bien, el aborto no siempre fue ilegal, desde el año 1.500 a.C, en el Papiro de Ebers (farmacopea egipcia, que recurría a más de 700 sustancias extraídas del reino vegetal), daba diferentes opciones para abortar con diferentes plantas, pues se consideraba una cuestión exclusiva de mujeres.

Pero a inicios del siglo III, llega la moral precristiana en el mundo grecoromano; con el pasar de los años, el aborto se convierte en una manifestación inaceptable de la autonomía femenina, hasta llegar al siglo XX, donde es creada la legislación que criminaliza la interrupción voluntaria del embarazo, siendo este el emblema de la expropiación del cuerpo y la identidad femenina.

En este orden de las cosas, en pleno siglo XXI, la lucha sigue por eliminar el art 122 del Código Penal, que impone tres años de cárcel a las mujeres que aborten, fuera de las tres causales permitidas. Siendo esta, una causa justa para contar con lugares seguros para practicar el aborto, salvando cientos de vidas, que por desesperación, desinformación y miedo al qué dirán, deciden asistir a lugares clandestinos que se lucran con la vida de mujeres, ignoradas por el estado y juzgadas por la sociedad, que desconoce el contexto en el que viven.

Cabe señalar que la legalización del aborto no significa que todas las mujeres vamos a abortar, se trata de que la mujer que quiera por x o y motivo o lo necesite, lo pueda hacer dignamente sin morirse. Pues la cuestión es de empatía y sororidad (hermandad entre mujeres con respecto a las cuestiones sociales de género). Ya que gracias a la lucha de otras mujeres hoy estamos aquí, y no podemos ser ajenos a toda la historia de reivindicación femenina.





















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