Guía práctica para conocer la cultura de la violación


1. Lo que debes saber 

Es un término nuevo, que se crea con las feministas estadounidenses de los años setenta, para describir las formas en las que la sociedad normaliza la violencia sexual, justificando las violaciones y abusos por ciertas conductas de la mujer, tales como su manera de vestir o caminar. Pues más allá de denunciar, nos hemos acostumbrado a vivir con ello.

Emile Buchwald, cuenta en su libro Transforming a Rape Culture (1993), como vivimos en un complejo sistema de creencias que permiten agresiones por parte de hombres, sin que ellos salgan pero judicados. En resumidas cuentas, tanto hombres como mujeres, asumimos que la agresión es algo inherente a la vida y, por lo tanto inevitable.

2.  Una víctima activa 

La idea que la mujer ocasionó el accionar del hombre, solo significa una cosa; no podemos disfrutar de espacios seguros o pasarnos de tragos, porque todo es leído -desde una mirada masculina-, como la posibilidad de apropiarse de nuestro cuerpo sin nuestro consentimiento. Nos hace pensar que fue nuestra culpa, al momento de sufrir algún tipo de violencia y no nos atrevamos a denuncias. Preguntándonos ¿qué hicimos nosotras para que eso pasará? Cuando, NADA JUSTIFICA LOS HECHOS.

3. El vocabulario 
 
Todo gira en como pensamos sobre la palabra violación, por ejemplo los titulares, al hablar de un feminicidio dicen "fue obligada a mantener relaciones sexuales" en lugar de violada. O los debates sobre si forzar a alguien a tener sexo sin consentimiento es violación o no. Sin olvidar los chistes que toman estas situaciones en burla, pero ojo,  es un crimen ponerle un límite al humor, pero no lo es, normalizar la violencia y opresión.

"Si usas una falda tan corta es porque quieres que te miren y algo buscas", "se ponen en peligro solas",
"parece que lo está pidiendo a gritos", "nunca dijo que no", "me estaba provocando". Frases totalmente normalizadas, que refuerzan la idea que la victima tuvo que ver con los hechos. Pues al estar en una sociedad donde si nos importan las violaciones y feminicidios, pero solo las que se ajustan a nuestro concepto que a decir verdad es muy básico. 

4. Lo bonito de la palabra SÍ

La mayoría de hombres que cometen violencia sexual, creen que están actuando de forma normal, precisamente porque la sociedad les ha enseñado que tales comportamientos están bien. Evidenciando la gran necesidad de educarse entre sí mismos, hablando en voz alta sobre las ideas que existen en la cultura del consentimiento.

En el que se requiere que los hombres aprendan a pedir, escuchar y aceptar el rechazo. Un no, debe ser tomado con el mismo entusiasmo que un sí. Entendiendo que las personas no son objetos susceptibles a ser controlados o manipulados y que la autonomía SIEMPRE debe ser respetada. Para que después no estemos escuchando, "tal vez no fue lo suficientemente clara cuando le dijo que no quería y el pobre chico se confundió".

5. El silencio 

En este punto, habrán personas que dirán que jamás han hecho nada, pero ¿qué pasa cuando no hacemos nada? La respuesta es sencilla, los que no hablan ni actúan frente a estas situaciones la están perpetuando, siendo responsables de estos actos, al tener conocimiento de ello y no hace nada al respecto. 

6. Para no olvidar

Es necesario dejar de lado este lenguaje que culpa a las mujeres y justifica el acoso sexual, entendiendo que no existe ninguna justificación; ni la ropa, ni el historial sexual, ni si bebió o no. NADA DE ESTO ES UNA INVITACIÓN PARA QUE NOS AGREDAN O ATAQUEN.

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