Caso Jineth Bedoya: No es hora de callar

Que Colombia se haya retirado de la audiencia ante la corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Jineth Bedoya, víctima de violencia sexual hace 21 años, ¿Nos sorprende? 

Según Camilo Gómez, director de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado (Andaje) se retiró de la audiencia pública virtual, el pasado lunes 15 de marzo alegando, "falta de garantías y de objetividad en el proceso", añadiendo que los jueces que llevan el caso no tienen imparcialidad. 

Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? 

Recordemos que el 25 de mayo del año 2000, la periodista en ese entonces reportera del diario El Espectador, fue secuestrada, torturada y violada por paramilitares durante 16 horas, en complicidad con agentes de policía, en la cárcel La Modelo, mientras realizaba una investigación de la Violencia en las cárceles del país. 

Después de esto, Bedoya, inició una búsqueda o un mínimo apoyo por parte de la justicia colombiana y respuestas del por qué según la inteligencia policial el mismo año de los hecho, concluyó que para frenar las amenazas y atentados recibidos a raíz de dicha investigación, debía ir a entrevistar a aquellos paramilitares, guiandola  directamente a una trampa. 

Y por qué la Fiscalía la ha revictimizado más de 10 veces, al tener que contar lo sucedido, además de exigirle que ella misma debía hacer la investigación de su tragedia. 

¿Sorprendente? Para nada.

En un país donde se le da la espalda a las víctimas, se hace caso omiso de las alertas tempranas, los expedientes se pierden o se archivan sin ninguna explicación, no hay ninguna garantía del derecho a la libertad de expresión, ni muchos menos a la libertad de prensa, para las mujeres. El estado colombiano le ha fallando no solamente a Jineth Bedoya, sino que también, a todas las mujeres en el marco del conflicto armado. 
 
"El periodismo ha sido mi oxígeno, el periodismo ha sido mi herramienta, el periodismo ha sido mi salvavidas en todo sentido. Pero ejercerlo en las condiciones en las que he tenido que hacerlo es humillante y revictimizante." 

Es indignante que al mínimo ruido de algún escándalo en este país, automáticamente inician las intimidaciones para desistir de las investigaciones nada convenientes para nuestras fuerzas militares y ramas políticas. Claro ejemplo, la "solución amistosa", de Camilo Gómez, representante de Andaje, le pide a Jineth Bedoya,  "no quiero que los problemas procesales sigan demorando el cierren de este caso". 

Esto demuestra que en un país como el nuestro, la justicia que supuestamente es la encargada de velar por el cumplimiento de los derechos de todos y cada uno de nosotros, una vez más no lo esta haciendo ni con Bedoya, ni las miles de mujeres abusadas y asesinadas a largo de los años. Dejándonos un gran interrogante ¿quién nos protege de la ineptitud del estado?







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